martes, 3 de agosto de 2010

DISECCIÓN

El guante le calentaba la mano. Sentía que las gotas de sudor frío escurrían por sus dedos y hacían que se le pegara a la piel. Le molestaba sentir el talco sobre sus uñas. Le hacía escuchar el sonido agudo de la tiza sobre el pizarrón. Se lo acomodó por última vez y le dio una mirada a la bandeja de plata. La luz verdosa de la bombilla revelaba un par de huellas digitales que se asomaban sobre la superficie brillante. Hizo un recorrido por encima de las herramientas. Las cuchillas, ordenadas cuidadosamente de mayor a menor, le mostraban su cara pálida que se confundía con el techo de la habitación. Se detuvo en el tercer bisturí y lo agarró decidido. A través del guante podía sentir que estaba helado. Habían pasado varios años desde su última cirugía a corazón abierto.

Dirigió la cuchilla hasta el cuerpo desnudo de la mujer. Su piel brillante de alcohol y gel le recordaba la de los sapos que diseccionaba en el colegio. Posó el bisturí suavemente debajo de la garganta. Justo sobre el comienzo de la marca que le había hecho previamente con marcador indeleble. Apoyó cuidadosamente el meñique en un costado, para evitar que la mano siguiera temblando. Presionó con fuerza y la cuchilla se hundió en la piel, haciendo un ruido sordo, como el de los mosquitos cuando explotan al acercarse a una lámpara eléctrica. La sangre no se hizo esperar. Empezó a salir en pequeñas dosis manchando la hoja de la cuchilla y salpicándole el guante, la bata y la camilla. Siguió cuidadosamente el curso de la marca que recorría todo el pecho, dividiendo el cuerpo en dos. Terminó el corte a unos centímetros del ombligo y sacó con cuidado la cuchilla roja del cuerpo de su víctima.

2 comentarios:

  1. Me parece que no soy la única que se enganchó con Dexter...

    Genial, como siempre. Me encantó. Muy bueno el juego que hacés con la ambigüedad.

    No sabía que en Colombia también diseccionan sapos. No sé si acá lo siguen haciendo. Yo lo presencié en el colegio, y lo recuerdo como se hubiera sucedido ayer.

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  2. ¡Gracias Szarlotka!

    ¿Sabes que nunca me he visto Dexter? Cuando lo leí en el taller me hicieron el mismo comentario. Creo que me la voy a tener que empezar a ver.

    Y si, allá se hacía algunos años atrás. Yo nunca llegué a hacerlo, porque, afortunadamente, eliminaron esa práctica un par de años antes de que llegara al noveno grado. Pero si llegué a espiar las clases del laboratorio y también lo recuerdo. Y era bastante desagradable.

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